Por Dra. Erika Aguilar Namihira
La piel es el órgano más grande del cuerpo y actúa como una barrera de defensa frente a factores externos. Entre los contaminantes más dañinos para la piel se encuentran la exposición al sol y la contaminación ambiental, como el smog, el petróleo crudo y la gasolina. Cuando estos contaminantes entran en contacto con nuestra piel, generan radicales libres que pueden causar acné, manchas, irritación, deshidratación, sequedad, enrojecimiento, picazón, mayor sensibilidad y envejecimiento prematuro.
FALSO. Las pieles con acné requieren hidratación. Si la barrera lipídica está alterada, el cuerpo produce más sebo. Por ello, es crucial no resecar la piel en personas con acné, ya que puede empeorar el problema, siempre es bueno tener un plan de cuidado de la piel .
FALSO. Todas las pieles, independientemente de su color, necesitan protección solar.
FALSO. Lo ideal es lavar el rostro dos veces al día, especialmente por la noche, para eliminar la contaminación acumulada durante el día.
FALSO. Es importante incluir en la rutina de cuidado de la piel un protector solar con un FPS superior a 50, además del maquillaje.
FALSO. Existen productos específicos para el contorno de ojos que son más eficaces debido a su formulación especializada. El avance de la ciencia ha desarrollado productos adecuados para cada área del rostro.
FALSO. Los labios también necesitan hidratación para evitar el envejecimiento prematuro con el tiempo.
FALSO. El cuello requiere productos específicos para evitar arrugas y manchas, ya que esta área es clave para detectar signos de envejecimiento.
FALSO. Existen dos tipos principales de productos: cosméticos y cosmecéuticos. Los cosmecéuticos tienen principios activos más concentrados, penetran más profundamente y están respaldados por estudios científicos. Estos productos requieren la prescripción de un dermatólogo o médico estético.
El estrés provoca la liberación de cortisol, una hormona que afecta el sistema inmunológico, haciendo que la piel sea más susceptible a irritación, sensibilidad, enrojecimiento y dermatitis atópica. Para combatir estos efectos, se recomienda la meditación, oración, ejercicio y tiempos de relajación, especialmente antes de dormir. Algunos consejos incluyen evitar pantallas antes de acostarse, escuchar música relajante y crear un ambiente propicio para un sueño reparador.
El uso excesivo de dispositivos electrónicos expone la piel a la luz azul, que genera radicales libres y provoca envejecimiento prematuro. Mi recomendación es incluir antioxidantes como la vitamina C, junto con hidratantes y protección solar en la rutina diaria de cuidado de la piel. Comenzar esta rutina desde una edad temprana puede ayudar a mantener una piel tersa e hidratada a lo largo del tiempo.
El principal consejo es cuidar la piel desde una edad temprana. Use antioxidantes como la vitamina C, protección solar física y oral, y manténgase hidratado tomando suficiente agua. Reduzca el uso de pantallas durante el día y priorice el descanso para permitir que el cuerpo se regenere adecuadamente.
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